Siempre tuve miedo de ser completamente sumergido en el agua. No es que no sepa nadar o algo así. Mi padre me enseñó; dijo que casi me ahogo cuando era muy joven.
Tenía miedo de eso porque, según recuerdo, siempre que estoy bajo el agua y miro a la superficie veo a una mujer mirándome con una cálida sonrisa, con pelo dorado brillante y oscuros ojos azules. Incluso si es en una tina. Siempre pasó, era normal para mí, pero nunca lo hacía a menudo.
Era desconcertante, pero también aliviante al mismo tiempo. Ella siempre me hizo sentir como que estaba bien. Seguí evitándolo, porque era un niño y era muy escalofriante.
Nunca le hablé sobre esto a mi padre cuando era un niño, pero le pregunté sobre mi madre. Nunca quiso hablarme sobre ella. Incluso se enojaba si sacaba ese tema de conversación e insistía mucho.
Sólo recientemente le describí esta aparición, él sabía algo. Le pregunté de nuevo sobre mamá, sólo me dijo que murió cuando yo era demasiado joven y que me amaba demasiado. También admitió que sus ojos y su pelo eran de ese color, justo como el mío.
Así que investigué por mi cuenta, mirando su nombre en mi acta de nacimiento y capturando todas las referencias hacia ella que pude encontrar, cualquier noticia de un chico tratando de ahogarse, o algo así. También quería una foto, algo que podría igualar a mi ángel de la guarda.
Hoy en día, enterrado en la biblioteca de mi ciudad, lo encontré.
WINCHESTER: Marie Withie, 28, ahogada hasta la muerte ayer por la noche, después de saltar una cerca y huir a un embalse cercano. El funeral está programado por su familia para el día 25. Marie se institucionalizó hace apenas seis meses, tras ser declarada inocente de intento de asesinato por asuntos de demencia. Su marido Daniel Withie actuó con la suficiente rapidez para rescatar a su hijo recién nacido cuando la encontraron tratando de ahogarlo en la bañera.
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